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Ángel Simón: estudios sobre el coro trágico

El yo está de más. Hay que observar cómo se mueven los seres y las cosas y cómo se reflejan en nosotros”.

                             Citado por más de un reconocido maestro del arte teatral.

“Dioniso hace de la presencia un modo de acción privilegiado. Es por excelencia el dios que llega: aparece, se manifiesta, viene a hacerse reconocer. Epífano itinerante, Dioniso organiza el espacio en función de su actividad deambulatoria. Se lo encuentra por todas partes, no está en ninguna en su casa.”

                                                           Marcel Detienne, Dioniso a cielo abierto.

“Aprender a aprender establece nuevas posibilidades y combinaciones del movimiento, abre nuevos circuitos neurofisiológicos inutilizados que modifican la imagen del cuerpo y su percepción espacial, la relación con los demás actores y con el público. Este despertar del cuerpo está ligado a la imaginación y estimula la creatividad, dado que cuando despiertas el cuerpo, el cerebro también despierta, pues es en el cerebro donde se forman las imágenes, se transmiten. Cada neurona está ligada a un músculo. Es así como funciona. Aprender significa ser consciente de que existen muchas posibilidades de hacer lo mismo y tener opción de escoger. Aquí radica la dignidad humana.”

                                                                                   Monika Pagneux.

EL TEATRO Y EL JUEGO

            Comprendo que el teatro es un juego descubierto por los humanos hace ya más de dos mil quinientos años allá en la Antigua Grecia, que aún hoy sirve a éstos para observarse a través de ficciones compuestas y desplegadas ante otros. Puede así cada quien sentirse reflejado como individuo y como miembro de comunidades de diverso alcance mediante la presentación de comportamientos y relaciones con lo real realizados de un modo crítico y festivo. Podríamos decir que se trata de una manera de estudiarse y modificarse, de tomar distancia y mirarse en un espejo algo diferente a los espejos conocidos al uso. No andaríamos alejados. Pero una manera, eso sí, alegre y disciplinada. Por tanto, un modo que se puede aprender. De hecho, diría que el teatro es precisamente aprender a aprender en movimiento y con la intención de ofrecérselo a un público.

            Para jugar el teatro es necesario componer estructuras que permitan su desarrollo. Esto requiere de unas reglas. ¿Cómo enseñar a reconocer estas reglas? Sin duda, el modo más honrado es transmitiendo aquello que se ha aprendido de buena mano, experimentado con el propio cuerpo, y continuar aprendiendo mientras se enseña, ya que la realidad, a su manera, se mueve entre lo que permanece. Esta aparente contradicción nutre la actitud teatral, si se me permite hablar así. Sólo se puede enseñar y aprender este juego del teatro con otros seres humanos. Es más, sólo se puede aprender a enseñar este modo que llamamos teatro tratando con humanos dispuestos a conocerlo, seres dispuestos a ponerse en duda.

            El mayor regalo que puedo reconocer en el estudio del teatro, como experiencia viva, a su manera, útil, vibra en la tensión que se abre entre lo común, lo que nos afecta a todos, y lo singular, la riqueza que se despierta sin imposiciones en cada ser, sus tesoros secretos. Y es precisamente el modo en que esta doble cara va emergiendo la que hace del teatro un fundamento y una sorpresa conveniente.

            Johan Huizinga define así “juego” en su Homo Ludens, clásico ensayo sobre el juego y la cultura:

“El juego es una acción u ocupación libre, que se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados, según reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene su fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de la conciencia de SER DE OTRO MODO que en la vida corriente.”

  • MI EXPERIENCIA DEL JUEGO EN EL TEATRO

            Permítaseme introducir aquí unas notas referentes a las fuentes teatrales de las que bebo, que considero pertinentes en esta presentación. Monika Pagneux es la pedagoga más influyente en mi formación como hombre de teatro. Con ella he estudiado durante diez años y mantengo una viva relación que me sigue inspirando y poniendo en duda como el primer día, ahora que ha alcanzado ya sus noventa y cuatro años. He tenido la fortuna de participar en los Cursos Pedagógicos para el Teatro que impartió entre 2007 y 2014 en Barcelona. Sus enseñanzas me han impulsado a perseverar en la vía de la experimentación a partir de la observación de lo que se mueve y del conocimiento de las reglas de juego, como actor, dramaturgo y como estudioso y profesor del teatro, poniendo a prueba, sin miedo a errar, y recogiendo para ello elementos y relaciones de distintos métodos y tradiciones, buscando las CORRESPONDENCIAS ÚTILES. La pedagogía de Jacques Lecoq, la técnica de Mijaíl Chéjov, la máscara balinesa y la occidental, el teatro radiofónico, la biomecánica o el grotesco, la narración, el burlesco, el monólogo en Shakespeare, los griegos, me han servido de alimento, y, sobre todo, el empeño por comprender la actualidad del coro dramático y el surgimiento de la voz en la escena como matrices de una escritura crítica y festiva, que diferencia al teatro de otros modos de expresión y conocimiento.

 

¿CÓMO ES EL JUEGO DEL TEATRO?

            Cito expresamente el texto de Anna Yen titulado “Monika Pagneux”, aparecido en The Feldenkrais Journal. No. 25:

            “¿Qué es “juego”? Monika recomienda a quienes enseñan, dirigen o componen teatro, “hacer un juego de todo”. Los principales componentes del juego, que abundan en las propuestas de Monika para el intérprete, son el placer, la presencia, la complicidad y las reglas del juego (restricciones). ¿Qué es el PLACER en el contexto de la actuación? Monika nos lleva a redescubrir el placer de un niño que juega, el placer del juego, de saltar a lo desconocido con el conocimiento de cómo jugar, del descubrimiento, de la conciencia. Monika cita recientemente a Charles Baudelaire: “El genio no es más que la infancia recuperada a voluntad”. ¿Qué es la PRESENCIA en el escenario? La sensibilidad, la capacidad de estar plenamente presente y ser capaz de seguir un impulso encarnado en el momento: ser, en lugar de mostrar; la gracia, en lugar del esfuerzo (es decir, los cuatro sellos de Feldenkrais de la acción bien organizada -reversibilidad, libertad de respiración, ausencia de esfuerzo, ausencia de restricción-). Todas estas cualidades contribuyen a la presencia escénica. ¿Qué es la COMPLICIDAD? Jugar en conjunto y participar en el juego.”

            Las restricciones en el juego son las REGLAS DEL JUEGO. “Éstas nos ayudan a encontrar una relación viva y fresca con el compañero, desarrollándolo juntos, en lugar de imponer ideas previas, encontrar la música que subyace, clarificando y focalizando en lo importante.” Encontrar las reglas da libertad y placer.

            Uno de los logros fundamentales de Monika es haber convertido los ejercicios en juegos dramáticos, que conectan con la vida real y nos preparan para desplegar nuestra imaginación en ésta, en lugar de copiarla, asumirla sin más, y componer así ficciones dramáticas, una escritura para la escena. Este proceso requiere de una preparación larga y perseverante que tenga en cuenta la relación de todas las partes del cuerpo entre sí, el modo en que unas tiran de otras, ya que “el esqueleto es una estructura de fuerzas en el espacio que actúa en direcciones contrarias y complementarias que se ajustan a hacer el movimiento más fácil, más económico y preciso.”

 

LA LABOR DEL PEDAGOGO

            Es tarea del maestro despertar en el alumno una creciente curiosidad, observar atentamente sus capacidades y acompañarlo, de un modo sobrio y discreto, en su proceso de aprendizaje del juego teatral, del movimiento en movimiento, intensificar y afinar su percepción, liberando su cuerpo de bloqueos; enseñarle a traducir sus impulsos en acciones concretas a favor de las situaciones; servirle de estímulo y provocación gradual, disponiendo y ajustando un código de comunicación eficaz que dibuje unos límites dentro de los cuales se desarrolle el juego, se reconozcan sus reglas y se despierten el cuidado y la astucia necesarios. Este código se vendrá asentando en principios que permitan al alumno experimentar los límites de la libertad real y la inmensidad de la imaginación, de la ficción, a través de su cuerpo atravesando el espacio. Los primeros principios en este sentido son DAR, RECIBIR, CAMBIAR. Es también imprescindible que le despierte la comprensión de la necesidad del grupo para mejor desarrollar la singularidad, ir descubriendo las cualidades propias y colectivas que se retroalimentan. Tiene que estimular la destreza y la economía individual y colectiva y fortalecer una apertura e integración fluida en cada alumno, enseñarle a sugerir, a que juegue como si fuera otro, a encontrar el modo más fácil de hacer surgir lo más difícil, lo imposible tornarlo presente. En este sentido, lograr que los estudiantes se vayan haciendo conscientes de sus formas habituales y puedan modificarlas al servicio de las transformaciones que requiere el arte teatral; transmitir la vía de la composición de estructuras sobre las que se pueda improvisar y escribir, finalmente representar; conseguir que paso a paso se sientan preparados para salir a la escena disponibles, flexibles, abiertos, generosos y cada vez más sensibles y atentos al juego teatral, sus cuerpos libres de rigidez; servir de referencia en este emerger el alma del actor preparando sus capacidades singulares dentro de un grupo –esto es muy importante- y despertar en ellos este sentido crítico y festivo de la realidad que llegue limpiamente al público.

            El profesor acompaña al estudiante en su experimentación de principios mediante ejercicios transformados en juegos, que le sirvan para conocer, afianzar, pudiendo, ora ser concreto, ora dejarse llevar por el instinto sin miedo a errar o perderse. El pedagogo tiene la obligación de servir de red para que el estudiante no sufra daño y gane en confianza y firmeza, flexibilidad y sobriedad, plasticidad y, paso a paso, coraje, que lo lleve a la madurez vigorosa, sin perder nunca la fragilidad en este proceso, que dura toda la vida, de aprender a transmitir de manera eficaz y cuidadosa al público la infinidad de matices que la vida real alberga y regala si se la trata con el debido cuidado imaginativo. El teatro requiere candor y coraje como forma de agradecimiento. El pedagogo es pues como el lazarillo del ciego que se deja ir y aprende a ver con el ojo interior. Es el reconductor de los experimentos y riesgos que el estudiante toma, a favor del reconocimiento de las reglas de juego. Finalmente, ha de ser coherente en función de la finalidad de su labor: preparar al alumno para la actuación y la creación de ficciones interesantes partiendo de un estadio anterior a la escena, una calma, un placer, un sentido de la complicidad y el cuidado de las pequeñas modificaciones. La aventura del aprendizaje, a la larga es única, según cada participante. Dado que no hay voz que pueda abarcar lo real en su totalidad, la realidad ha de ser observada e imaginada sin tapujos para que pueda hablarse de arte teatral, han de encontrase soluciones efectivas adecuadas a la situación de ficción en que se indaga. Cuando esto ocurre el profesor participa en el aprendizaje, mejora.

            Mi interés y empeño como profesor de teatro es basar en estas claves mis relaciones con la tradición y la actualidad, enriqueciendo la experiencia viva que los alumnos aportan y descubren, y poniendo a prueba la solvencia de mi capacidad como transmisor.

 

EL TEATRO COMO UN SISTEMA DE SIGNOS

            La investigadora del teatro Erika Fischer-Lichte presenta éste como un sistema semiótico particular, cuyos signos, inspirándose en la realidad y retornando a ella, no tienen por qué funcionar sin más como signos reales. Así, dentro de su peculiaridad, el teatro puede ser analizado, transmitido y aprendido atendiendo a los diferentes signos que en él se ponen en juego, formando un código en relación con la actividad del actor. Éstos son: signos de la lengua (lingüísticos y paralingüísticos), cinéticos (mímicos, gestuales y proxémicos) y el aspecto (máscara, peinado y vestuario). Con estos elementos se nos presenta que “el actor A encarna al personaje B mientras el espectador S lo presencia.” A esto habría que añadir los signos espaciales (decorados, accesorios y luces) y los signos acústicos no verbales (ruidos y música). Me atendré a esta clasificación para presentar los objetivos y contenidos de mi proceder pedagógico.

 

LOS CINCO AMIGOS DE LA PREPARACIÓN ACTORAL

            Si aceptamos que el ser humano participa del mundo exterior, lo común, lo objetivo, podríamos llamarlo, y del mundo interior, su mundo, nuestra disciplina exige ponerlos en conexión del modo más vivo, despierto, fácil, elegante, específico y efectivo. De otra manera el sueño se disuelve y se reduce a intención, percepción subjetiva que se agota en sí misma.

            Para despertar esta conexión entre el afuera y el adentro en cada participante y en relación con el grupo, que ahora la gente dice Ensemble, como si la palabra Grupo no fuese suficientemente clara y precisa, me ayudo de estos instrumentos que sirven para descubrir las dimensiones del movimiento. Explico a continuación las razones.

            El BAMBÚ afina la atención táctil, hace consciente la presencia, la medida en movimiento, el sentido del equilibrio y la duración justa, la escucha en acción desde las pequeñas vibraciones, la distancia, la proyección y el contacto adecuados, despierta la voz desde la apertura a las sorpresas y el sentido de la composición, del juego con el compañero de escena.

            El GONG o CHIN despierta a través del oído el sentido, duración y precisión del movimiento, su adecuación, sensibilizando al actor y al observador para el juego de ecos o movimientos invisibles que se despiertan en otros niveles de percepción.

            La BOLA permite proponer numerosos ejercicios básicos, con múltiples variaciones que van surgiendo por sí, buscando la experiencia del cambio que se da entre dar y recibir, esa dinámica elemental del juego. Al igual que el BAMBÚ, es un instrumento especialmente útil para reconocer el momento justo en que surge la palabra.

            La PLASTILINA nos liga la imagen interior del propio cuerpo en su movimiento y reposo y su puesta en escena. Es imprescindible en la relación entre la improvisación y la escritura.

            Finalmente, el PANDERO funciona como una síntesis viva del juego, aprendido nivel a nivel.

 

INTENCIONES U OBJETIVOS DE LA ENSEÑANZA DEL CORO

            La asignatura se orienta a la preparación corporal y vocal mediante la iniciación al coro dramático en el primer curso, esto es, atendiendo al movimiento en el espacio común, al ritmo y al equilibrio en el espacio, de un despliegue de fuerzas que se encuentran y generan la acción. En una forma de continuidad con el trabajo previo del primer trimestre, se parte del recorrido por el silencio y la máscara neutra, fundamentos de la propuesta.

            En el segundo nos adentramos en las peculiaridades del coro en la tragedia.

            En ambos casos se trata de despertar al estudiante de teatro el placer de la elaboración artesanal de ficciones; estimular a través del movimiento conjunto e individual la percepción de la presencia, el placer y complicidad, aprendiendo a componer estructuras que permitan el desarrollo del juego; y adquirir una destreza y astucia que le permitan elevar su capacidad de juego, paso a paso, vértebra a vértebra, nivel a nivel.

            Es nuestro gran objetivo acompañar al estudiante en el reconocimiento de que el cuerpo no es un obstáculo para la imaginación.

            Para ello le ayudamos a valorar la importancia de todo y cada movimiento,  comenzando por las pequeñas sensaciones y vibraciones, su incorporación al conjunto, a la compañía, su duración, intención y realización o transformación. Damos valor a la confianza en el cuerpo libre de bloqueos y a la voz y su empleo fácil y preciso al servicio de la acción común, comenzando por los sonidos elementales del cuerpo: aliento, suspiros y onomatopeyas, a partir de los cuales se elabora el tratamiento sonoro hasta llegar a la palabra y sus múltiples posibilidades. Es nuestro interés que cada elemento y relación sirvan como germen de una escritura crítica con la actualidad, festiva y poética.

            La comprensión del coro a través de su experiencia como germen o matriz del juego teatral comienza con la formación del grupo y el valor de la improvisación como primer paso de la escritura.

            En el coro aprendemos a respirar juntos, escuchar en el silencio y latir en un mismo pulso, a comenzar una acción conjunta, tomar una misma dirección, desaparecer por distintas vías, reencontrarnos sorprendentemente, alcanzar un talante de intensidad común, ya que el ritmo es una matriz de la composición conjunta, del juego cómplice. En lo común vive lo singular.

            Una vez asentadas las bases de la formación del coro y su conservación y evoluciones, preparamos el descubrimiento del héroe y corifeo, como centros móviles en que descarga la acción.

 

¿QUÉ NECESITA UN ACTOR?

            Nos preguntamos ¿QUÉ NECESITA UN ACTOR? El actor necesita ser consciente de su manera de actuar habitual, ser capaz de encontrar un punto neutro dinámico, listo, disponible y luego, a partir de ahí, hacer, componer, estar preparado para expresar toda la gama de la humanidad, ser capaz de hacer lo que quiera, sin esfuerzo. ¿Y si no lo hace? Entonces lo sugiere. El actor se prepara y se entrega al arte de las transformaciones, de manera sensible y consciente mediante su ser, no sólo su cuerpo.

            ¿Qué significa o cómo se experimenta IR MÁS ALLÁ DEL CUERPO (dépasser le corps)?

            “El teatro viene de la vida real, pero es preciso que lo condenses”. El trabajo preparatorio tiene que combinar inteligencia, sensibilidad, sentido musical, fantasía, despertar y esa cualidad juguetona propia de los niños cuando hacen “como si” fuesen otra cosa. Monika dice: “We go through the body to go beyond the body – Il faut dépasser le corps. The inside and outside are connected.” [Atravesamos el cuerpo para ir más allá del cuerpo. Hay que traspasar el cuerpo. El interior y el exterior están conectados].

            Esta clave resulta fundamental para orientar nuestra experiencia de manera cada vez más específica. Los ejercicios se comprenden como juegos y, así, se reconducen a la vida tratada, imaginada. Es nuestro modo de enriquecer la realidad. ¿Tal vez de suspender el tiempo?

NOTA ACLARATORIA

            Siempre que digo actor digo actriz y casi siempre que digo actriz digo actor, por un doble principio. Uno, de economía verbal. El otro, porque me dedico al arte de la transformación, de la metamorfosis, y eso es lo que me empeño en transmitir. Aquí, en este terreno despejado y confuso, alguien ha sido, es, tal vez será todas las mujeres, cada uno de los hombres y, por supuesto, lo que entre medias se pueda haber dado o se vaya a dar.

 

 

 

 

 

TEATRO DE MÁSCARAS por RAQUEL RACIONERO y DANIEL LLUL

 

¿Tiene sentido continuar haciendo teatro con máscaras en el siglo XXI?

DANI:

Dejando aparte los meros ejercicios de estilo que contribuyen a mantener viva la tradición del teatro de máscaras, los cuales me parecen necesarios como parte de nuestra cultura, creo que nunca hemos dejado de utilizar las máscaras hasta el día de hoy. Quizás no son las mismas que las de hace cien o quinientos años, pero si echamos una mirada al teatro contemporáneo veremos como el enmascaramiento del cuerpo sigue siendo un código intrínsecamente ligado a un teatro en el que quizás el texto no es el vehículo fundamental mediante el que se cuenta una historia. Un texto genera la sensación de que el actor atesora un montón de información acerca del personaje, su pasado, por ejemplo, el subtexto o lo que no dice. Hay otra herencia teatral que viene de ese mundo psicológico. La máscara, la transformación o el uso del cuerpo exige, en cambio, un aquí y ahora. El actor comparte todo lo que tiene en ese momento sin guardarse nada para sí. Eso favorece otro tipo de conexión viva y presente con el público que sigue siendo hipnótica y necesaria en el siglo XXI.

 

RAQUEL:

Actualmente los géneros, estilos y dramaturgias teatrales se mezclan. Las máscaras, los objetos, las imágenes se entremezclan con los textos. Las máscaras forman parte de todas estas propuestas. Puede haber espectáculos de máscaras pero, sobre todo, hay máscaras en los espectáculos. Forman parte de los múltiples lenguajes teatrales con los que podemos encontrar soluciones en escena.

 

 

¿Qué aporta la máscara a un actor que no necesariamente vaya a utilizarla en su trabajo, por ejemplo, audiovisual o dramaturgias contemporáneas?

 

DANI:

Yo creo que hay que partir de la base de que la máscara no solo es un objeto. En la tradición italiana, por ejemplo, la máscara significa el personaje, es decir, todo el cuerpo, una manera de moverse, de estar en el mundo, un universo de pensamiento complejo que implica una manera de reaccionar. Cuando asimilamos esa forma de trabajar, menos intelectual o psicológica, somos plenamente conscientes de todo lo que hacemos ante el que observa y encontramos un potente motor para desarrollar nuestro oficio de interpretación en la situación que sea. El espectador no tiene por qué saber que estamos trabajando músculos, sensaciones, imágenes, etc. Interpretará lo que ve desde un punto de vista emocional gracias a la dramaturgia.

 

RAQUEL:

Las máscaras son una herramienta pedagógica muy valiosa en la formación y el entrenamiento de actores y actrices, sea cuál sea después la trayectoria profesional que vaya a tener. En el audiovisual, por ejemplo, aunque parezca que son caminos opuestos pues las máscaras nos sirven para ampliar y crecer en la expresividad corporal y emocional, pueden aportar un control en la descomposición del gesto y de la acción y en ser conscientes del juego de proyección del rostro. La máscara te obliga a jugar a favor de cámara, a ser consciente de dónde mira, de mostrar la emoción controlando cada parte del cuerpo.

 

Un consejo para un alumno que se enfrente por vez primera a una máscara.

DANI:

Que se libere del misticismo y de todo tipo de romanticismo. La máscara es una herramienta de trabajo liberadora y hay que dejarse llevar y ser libre. A menudo, y más en el gremio actoral, tenemos tendencia a juzgarnos y un miedo atroz al juicio de los demás acerca de lo que estamos haciendo, un respeto desmedido hacia nuestras herramientas y métodos de trabajo que nos impiden zambullirnos sin ambages en lo que significa ser actores, que es, ni más ni menos, jugar a ser alguien que no somos. Has venido a jugar y esta máscara es un ‘juguete’ precioso.

 

RAQUEL:

Síguela, déjate llevar. Déjate transformar por la máscara. Será liberador. Quizás al principio te agobie, te sientas perdido o perdida. Entonces, no te comas la cabeza, sigue su forma, transforma tu cuerpo. Por ahí encontrarás el camino, por ahí te darás el viaje.

 

Raquel Racionero

Diplomada en la Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq de París. Se forma también con Philippe Gaulier y con Théâtre du Mouvement en París. Anteriormente con Agustín Bellusci, Pablo Pundik, Jorge Saura, Fabio Mangolini, Santiago Sanchez, Will Keen, Esteban Roel, Antonio del Olmo, Josehf Estela, KT Niehoff, etc.

Trabaja entre España y Francia, con diferentes compañías y géneros teatrales, desde el teatro de objetos a la improvisación teatral.

En España, desde hace 15 años desarrolla su trabajo en teatro de marionetas y objetos con la Compañía Títeres Mambrú, con la que actúa en “Fabula Fabulosa”, “El Dragón Tragaletras” y “Rojaflor”. Con la compañía La Máquina Real, de teatro clásico con títeres, en “El Esclavo del Demonio” , “Lo Fingido Verdadero” (estrenada en el Corral en el Festival de Almagro 2010 y obra que abrió Titirimundi 2011), y “La Selva sin amor”, texto de Lope de Vega , estrenada en el Festival de Almagro en 2020 y actualmente en gira.

Actualmente forma parte del elenco de la obra “La primera noche de los niños-pájaro”, ganadora del Premio Teatro en Confluencia 2020 y coproducida por las compañías La Tartana, Sol y Tierra y Tropos Teatro, especializadas en teatro de títeres y objetos.

En Francia trabaja con la compañía de títeres y objetos Histoire d’Eux, con el espectáculo “Dans la bouche”; y con la compañía L’Atelier de la Berlue, creando y actuando en el espectáculo “Hisse et Hop!”, actualmente en gira.

Miembro fundador de la compañía Impromadrid Teatro con la que crea y actúa en diversos espectáculos de improvisación teatral (Chup Suey, Teatruras, etc.) Participó con esta compañía en festivales y encuentros internacionales de improvisación.  Y fue actriz en el espectáculo de máscaras de creación colectiva “La Donna è Mobile” dirigida por Fabio Mangolini en co-creación con Impromadrid.

Ha participado en diferentes festivales, encuentros y proyectos internacionales de improvisación teatral, como el proyecto europeo “Our Lives”, cofinanciado por la Unión Europea. Actualmente forma parte de la compañía francesa de improvisación Crache-Texte, y es coatch en el Trophée National d’Improvisation.

Diplomada en Educación Social, desarrolla proyectos socioculturales y educativos a través del teatro con diferentes colectivos sociales.

 

Dani Llull 

Actor especialista en improvisación teatral, comedia gestual y teatro con máscaras, formado en España y en Italia.

Comenzó su andadura teatral en Alcalá de Henares, desarrollando una labor dinamizadora del teatro comunitario local durante más de diez años en colaboración con las instituciones de la ciudad. En esta etapa, forma parte de diversos colectivos en los que también comienza su formación teatral básica en interpretación, dirección y dramaturgia (Légolas Colectivo Escénico, El Clavo teatro, Teatro Muérdago Duelos y Quebrantos).

Se doctora en Biología por la Universidad de Alcalá (2000) y ejerce como investigador científico en España y Francia durante seis años, en los que continúa con su vocación teatral hasta que abandona la carrera científica para volcarse en su formación con Teatro Asura y la Escuela de Impro de Impromadrid Teatro, el International Gag Institute de Esteban Roel e Yllana y, finalmente, acudiendo a la Escuela Internacional del Actor y la Máscara de Fabio Mangolini en Italia (2007-2009). Asimismo, es especialista en Esgrima escénica formado con el maestro Jesús Esperanza (2013-2019).

Tras su formación, comienza su carrera profesional formando parte de diversas compañías de improvisación de Madrid, entre las que destaca Impromadrid Teatro, con la que participa en múltiples formatos teatrales que han viajado a festivales internacionales de Europa y Latinoamérica y siendo profesor de improvisación en su escuela desde 2010.

En estos primeros años, compagina la improvisación con la creación de espectáculos propios o como coordinador de creaciones colectivas que dan como resultado varios espectáculos estrenados en Madrid entre los que destacan: La Rueda (2009, actualmente en proceso de reestreno), No me acuerdo (2013), Mentira Cochina (2014), Opening (2016) y Cardiopatías (2016).

También en esa etapa, forma parte del cuarteto vocal a capela Primital Bros. con el que estrena diversos espectáculos: Tutto per Gina (2010), The Hole (2012) y El experimento (2015).

En estos últimos años, su actividad se ha centrado más en el teatro clásico trabajando en registros más cercanos a su formación en Comedia del Arte con compañías como Ensamble Bufo, Los Olvidados Fundación Siglo de Oro con los que sigue actuando regularmente por toda España.

Continúa colaborando activamente con Fabio Mangolini en Seminarios Internacionales sobre la Comedia del Arte y la técnica de la máscara teatral y en espectáculos teatrales centrados en la máscara entre los que destacan JOB (2013) La Bancarrota (Acrónica Producciones, 2015), La Rueda Los Engañados (en preparación).

 

 

 

Construir una máscara. Crear.

Eleni Chaidemenaki nos dedica una reflexión sobre el proceso de creación de una máscara, y sobre la creación en general. Sobre lo poderoso de traer algo a este mundo de la nada y sobre la materialización de las ideas. Gracias Eleni.

“El trabajo de creación de una máscara tiene algo mágico, algo que se parece a un parto.

El artista crea un personaje de la nada, de su imaginación, pero a la vez es como si el personaje intentase emerger de un montón de barro.

Hay un dialogo entre el artista y el personaje, donde conversan la materia con las emociones y las manos del creador. Llega el momento de dar a luz cuando el personaje aparece, cuando deja de ser una masa amorfa y se queda mirándote; entonces como una madre lo acaricias, lo vistes, te despides de él y lo sacas al mundo.

Una máscara es incompleta sin el trabajo actoral que le da vida. Y así debe ser. El error más común en el que todos caemos al principio es ir a lo superfluo, abundar en detalles, intentar contar demasiado perdiendo así la esencia.

Una buena máscara debe dejar espacio para que el actor la complete. Como un progenitor debe dejar espacio para que su hijo desarrolle su propio carácter.”

Eleni Chaidemenaki

¿Quién es Eleni Chaidemenaki?

Nacida en Atenas en 1983.Licenciada en escenografía y vestuario por la Facultad de Teatro de la Universidad Aristóteles de Tesalónica.

Estudia durante un año en la Facultad de Bellas Artes de Granada y se forma en diversos cursos en Madrid (Iluminación Escénica de Teatro Madrid,
Caracterización del C.T.E., Creación escenográfica KUNST, Creación de personajes con Mariaelena Roqué).
Ha trabajado como diseñadora de escenografía, vestuario e iluminación en Grecia y en España con diversas compañías de teatro y danza como V.Void,
Teatro Municipal de Kavala, Sala Ítaca, Fundación Siglo de Oro, Proyecto 43-2, Totonco Teatro.
Desde el 2009 forma parte de la compañía Beluga Teatro, con la cual ha co-creado y diseñado cuatro montajes.
Últimamente ha diseñado el vestuario para la obra La tumba de María Zambrano, coproducción del C.D.N. y Volver Producciones.
Actualmente colabora con la compañía Teatro Envilo diseñando la escenografía para el proyecto de inclusión social, Locos de amor.

Además Eleni será la próxima profesora que llevará a cabo el Taller de Construcción de máscaras de EIG. ¡Imprescindible!

 

La Comedia del Arte, la máquina de soñar

La Comedia del Arte representa para la gente de teatro un territorio mágico que siempre les ha hecho soñar e imaginar. Considerada como la representación de más alto nivel al que ha llegado el teatro de la máscara en Occidente, ha influido profundamente y contribuido en el nacimiento del teatro isabelino en Inglaterra, la comedia francesa en Francia y el teatro del Siglo de Oro español.

La comedia del arte se apoya en las pasiones del ser humano llevadas hasta sus últimas consecuencias. Los personajes, dejándose llevar por sus deseos, expresan lo absurdo de nuestros comportamientos. Conocerla es pues indispensable para aquel que quiere hacer del teatro su elección profesional.

Gran depósito de actores-improvisadores, la comedia del arte ha recorrido el tiempo durante más de dos siglos y viajado por toda Europa desde su país natal: Italia. Estos actores eran profesionales que interpretaban el mismo personaje durante años (muchas de las veces durante toda una vida) y transmitían sus conocimientos de padres a hijos. El personaje tipo era reinventado por la personalidad del actor que lo hacía diferente cada vez.

Cuando se habla de comedia del arte todo es contradictorio. Contrariamente a lo que se cree, el actor improvisador no improvisaba. Era el autor de sus lazzi y de sus juegos y no los cambiaba en cada improvisación; lo que poseía era un bagaje.

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En la comedia del arte no hay tiempo para la meditación. Es un juego de acción, actitud y generosidad donde las pasiones humanas se muestran directa, rápida y espontáneamente al público con una profundidad, grandeza y extensión llevadas hasta sus últimas consecuencias, revelando finalmente lo más absurdo del comportamiento humano. Es un teatro que no tiene nada que ver con un divertimento elegante; todo lo contrario, expresa la urgencia de vivir, más cercana a la supervivencia que a la vida misma la cual es ya un lujo. Teatro popular, hecho por y para el pueblo, con personajes del pueblo en su ingenuidad así como en su inteligencia. La comedia del arte jerarquiza la sociedad de una manera estable, sin revueltas del servidor al cuidado de su amo. Pero cada uno se las arregla, con todos los compromisos posibles, para existir y satisfacer sus más inmediatas necesidades. Todo ese mundo coexiste en una convivencia en la que cada uno intenta engañar y confundir al otro y cae en la trampa (muchas veces su propia trampa) irrisoria. La sonrisa no existe; reímos o lloramos.

En la comedia del arte la palabra no puede instalarse si la acción no existe; el gesto, la actitud, la acción y palabra se encuentran unidos y se expresan al mismo tiempo.

Todo en la comedia del arte, el más mínimo detalle, se agranda, se hace enorme y al mismo tiempo simplificado hasta el punto de llegar a lo fantástico. La comedia del arte es esencialmente trágica y gira en torno a temas fundamentales como el miedo: miedo a morir, miedo a vivir, miedo a todo. Es un espectáculo de color en el que no faltan la música, la danza y la acrobacia. En ella se encuentran y aglutinan todos los estilos teatrales anteriormente mencionados: la pantomima, el melodrama, la tragedia, los bufones y los clowns.  

Del 7  al 29 de Abril de este 2018 disfrutaremos de un Taller de Máscaras de la Comedia del Arte en EIG. Toda la info aqui

10 razones para estudiar Teatro Gestual

Muchas veces, nos preguntan el porqué de nuestro nombre, Escuela Internacional del Gesto. Es bien sencillo,  nuestro nombre representa nuestro SER pedagógico por un lado , y nuestro SER teatral por otro.

Nuestras dos naturalezas: la pedagogía como legado y como un ejercicio de amor hacia el teatro, especialmente el que nace más dentro, el que nace del gesto.

Si bien, en España, esta tradición gestual se comienza a  trabajar cuando el actor ha alcanzado niveles de profesionalización avanzados o como técnica de perfeccionamiento, por norma general e incluso totalmente separado del trabajo con el texto dramático.

Nosotros creemos que el gesto debe acompañar al texto desde el origen, e incluso a veces sobreponerse al mismo para darle contundencia… Pues no todo en la vida son palabras… Las imágenes, los silencios, las acciones son los impulsos creadores más poderosos.

¡El teatro gestual amigos!, hoy en día ejercido por los más grandes maestros desde la gran renovación teatral a principios del S.XX, como contestación al realismo, y extendido a todos las formas de interpretación en la actualidad . Es casi invisible, palpita de dentro del ser hacia fuera, dando forma y envergadura a los sentimientos y a las palabras, y sobretodo dotándolos de una dimensión real. Escucha el ritmo al que se abren paso las distintas naturalezas y lo convierte en una danza.

¿Por qué estudiar teatro gestual? Porque es necesario. Porque darle forma a nuestras ideas a través de nuestro cuerpo hará que las palabras que lo acompañen reverberen hasta el infinito … El cuerpo humano es bello, es complejo, tiene vida propia…y si puedes gobernar esa vida serás, verdaderamente,  un actor pleno.

Si aún así, no entiendes por qué el teatro gestual es tan importante y necesario en la formación, te dejamos este decálogo de razones por las que deberías plantearte estudiar teatro gestual.

 

  1. El teatro gestual  implica al cuerpo en el reconocimiento de la realidad, permitiendo que cada uno incorporé el mundo que le rodea antes de escribirlo o actuarlo, apareciendo formas resultantes más sentidas, sinceras, orgánicas o verdaderas y menos cerebrales.
  2. El teatro gestual entiende lo dramático desde el movimiento, fundamental para entender la relación del actor con el espacio, con su cuerpo o con el ritmo.
  3. En el teatro físico o gestual la voz y la palabra no están prohibidas . Es más, potencia el valor y el sentido que se le da la palabra, al encontrar en el silencio, el impulso y el fondo que hace nacer la palabra justa.
  4. El teatro físico o gestual al no sustentarse en exclusividad en el texto dramático, permite una mayor libertad tanto en la creación, como la composición dramática ya sea a nivel de personajes, puesta en escena dramaturgia, o escenográficamente. Todo ello también permite la aparición de nuevas formas, territorios y estéticas  de abordar lo dramático.
  5. El Teatro gestual permite un primer acercamiento a lo dramático desde lo físico, distanciándonos de todo psicologismo. El actor se pone en juego a través de  un teatro de movimiento y del imaginario.
  6. La creación física de personajes en el teatro gestual, permite descubrir una amplia variedad de personajes dramáticos, más orgánicos y más libres de aquellos que surgen a partir de la lectura y el análisis del texto teatral.
  7. La economía de la acción es algo que se descubre a través del trabajo con el cuerpo y su expresión, el mimo de acción o la acrobacia. Consiguiendo siempre una limpieza y una economía en el movimiento, el gesto y la acción teatral.
  8. El uso de las máscaras en la pedagogía teatral y en el teatro gestual, obliga al actor a alcanzar una dimensión esencial del juego teatral, comprometiendo al cuerpo y mente en su totalidad, sintiendo una intensidad de la emoción y en la expresión que servirá de referencia para el actor.
  9. El teatro del gesto estructura y simplifica la actuación, transmitiendo al cuerpo las actitudes esenciales, depurando la actuación y filtrando la complejidad de la mirada psicológica.
  10. El lenguaje gestual es universal, indagando en una antropología de gestos y acciones que encarnan un sentido y un significado más profundo y global.

Y recordad “Nuestra naturaleza está en movimiento. El reposo absoluto es la muerte.” Blaise Pascal.

La Máscara Larvaria : la sensibilidad hecha forma

Las Mascaras Larvarias son originarias de Basilea, en Suiza donde las utilizan en su carnaval conocido como el Basler Fasnacht .

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Tomarán el nombre de larvarias por sus formas redondeadas o punzantes,  indefinidas y muy simples, sin pintar, sin acabar… como en un estado transitorio hacia otro lugar también indefinido, que le aportará el actor.

Se puede entrever una forma humana pero no es neta cien por cien.

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Jacques Lecoq las introdujo en la pedagogía teatral y con el paso del tiempo han ido tomando una mayor importancia en la formación del actor. Las Larvarias nos obligan a conectar directamente con nuestras emociones.

Al cubrir completamente la cara, nos empujan a una interpretación no verbal donde toda la importancia reside en el cuerpo, los gestos y las emociones.
Es una magnifica herramienta que invita a sumergirnos en un lenguaje poético, fuera de lo común, donde nada es banal. Pedagógicamente se convierten en la excusa perfecta para que el actor explore el terreno de los sentimientos además de enseñarnos a crear desde la evidencia.

Del 24 de Febrero al 18 de Marzo en EIG te ofrecemos una formación en teatro con Máscara Larvaria. Puedes conocer toda la información sobre el curso pinchando aquí.

Miguel Ángel Gutiérrez

Fuente http://www.miguelangelgutim.com/mascara-larvaria.html

SOBRE EL ACTOR Y LA MÁSCARA

Este es el motor que nos ocupa hoy, y que da título a nuestro último taller : “El actor y al máscara”. Más que hablar sobre el actor, lo haré sobre el arte de la actuación, a través de un elemento fundamental en el teatro e imprescindible desde mi punto de vista pedagógico, que no es otro que la Máscara teatral.
Lo que hoy nos concierne es la Máscara con M mayúscula. ¿Cual es su significado? ¿Por qué el surgimiento de la máscara? Esta es la gran pregunta.
Al principio, el hombre en contacto directo e inmediato con la naturaleza y sus fenómenos, algunos feroces y brutales como terremotos, huracanes, inundaciones, plagas, no poseía todavía una visión global y al mismo tiempo sintética del universo. La conjunción de fuerzas superiores y antagónicas, incomprensibles todavía como el contraste entre el la noche y el día, el agua y el fuego, provocan un profundo sentimiento de miedo que el hombre trata de controlar de dos formas: una, a través de la adoración a esas fuerzas, lo que nos llevará a lo sagrado y ritual. La otra, a través del engaño, lo que nos llevará inevitablemente al teatro. En aquel entonces el hombre que era animista, es decir, que pensaba que todo en la naturaleza poseía alma, adoraba árboles, piedras y animales que tenía necesidad de representar con el fin de establecer una más directa y profunda comunicación. Y lo hace tanto en imágenes esculpidas en piedra, barro o madera como asumiendo él mismo, a través de la máscara corporal y facial, la identidad de lo que se convertirá en una deidad o divinidad.
Si partimos de la base de que la máscara es un objeto sagrado que representa una divinidad, y, por lo tanto un ser diferenciado, es fácil comprender la necesidad del hombre de darle vida, de traerla del mundo invisible al mundo visible ante el grupo o la comunidad. Es en ese momento en el que se produce un acto mimético de formas, movimientos y dinámicas de esa deidad, que el hombre anima a través de una danza, pretendiendo también con ello perpetuarse eternamente en el tiempo.
La máscara teatral fue introducida por los etruscos en Occidente y no por los griegos o romanos como muchos todavía piensan. Máscara significa persona, del latín personae, y, éste a su vez del etrusco phersus
No obstante, todos los grandes teatros del mundo, el Teatro Nô, el Kabuki, el Kiogen, la Ópera de Pekín, el teatro balinés, la Comedia del Arte y todo el teatro griego y latino se articulan a partir del objeto máscara.
El uso de la máscara teatral obliga a usar el cuerpo de una forma no cotidiana, es decir, obliga a movimientos y formas extracotidianas. Esta extracotidianeidad impone unas exigencias. La primera y más importante es de ámbito físico: el CUERPO, y dentro de éste todo un juego de actitudes. La actitud nos lleva a la representación de un estereotipo. Dado que la cara es el espejo del alma, lugar privilegiado de la expresión humana, la máscara será un medio para dar vida a una personalidad, para poner en valor las características de toda una personalidad o carácter.
Pero es a principios del S.XX cuando la máscara se introduce en la formación del actor, como elemento fundamental para devolver al teatro y al actor la importancia del cuerpo y de lo físico en la actuación. Algo que el mercantilismo y la decadencia del actor del XIX, había perdido, cayendo en la grandilocuencia del texto y el gesto. Todos los grandes renovadores del teatro en el s.XX vuelven su mirada a Oriente y a nuestra commedia dell arte occidental, basado en el trabajo con el cuerpo y la máscara, así podemos destacar a Artaud, Jarry, Meyerhold, Brecht, Vajtangov, Grotowski, Kantor, Barba y sobre todo Jacques Copeau y posteriormente Jacques Lecoq basan su pedagogía en el trabajo con la máscara neutra o noble en la formación del actor.

LA MÁSCARA NEUTRA
La máscara neutra es una máscara única, la Máscara de todas las máscaras. Es la máscara de base que se convierte en el punto central de la pedagogía de Lecoq. Es un objeto especial. Un rostro, llamado neutro, en equilibrio, que sugiere la sensación física de calma. Debe servir para sentir el estado de neutralidad previo a la acción, un estado de receptividad a lo que nos rodea, sin conflicto interior. Acrecienta esencialmente la presencia del actor en el espacio que lo circunda. Lo sitúa en un estado de descubrimiento, de apertura, de disponibilidad para recibir. Le permite mirar, oír, sentir, tocar las cosas elementales con la frescura de la primera vez. Cuando el actor conoce el equilibrio expresa mucho mejor los desequilibrios de los personajes o de sus conflictos. Con la máscara neutra se trabajan los tres aspectos fundamentales del juego actoral: el espacio, el movimiento y la ritmo-dinámica.
Posteriormente Lecoq introduce en su pedagogía de la creación el trabajo con la máscara larvaria emparentada con el clown ( la máscara más pequeña del mundo), el trabajo con máscaras de carácter cercanas al personaje dramático, y por supuesto la máscara de la commedia dell arte que a diferencia de las demás permite ya, el uso de la palabra.
Bajo todas las máscaras, expresivas y máscaras de comedia del arte existe una máscara neutra que sostiene todo el conjunto.
LAS MÁSCARAS EXPRESIVAS
Las máscaras expresivas se pueden clasificar en: máscaras larvarias, máscaras de carácter y máscaras utilitarias.
Las máscaras larvarias son formas inacabadas de la figura humana; puntiagudas, redondas, ganchudas, ovaladas, donde la nariz tiene una gran importancia, es la que dirige. Son, pues, rostros no terminados que permiten un juego amplio, simple y elemental. Las hay más animales y otras más humanas. A parte de su propio valor, pueden resultar muy prácticas y útiles como preparación al clown.
Las máscaras de carácter están más elaboradas, siendo más concretas en los detalles. Tienen necesidad de pequeños movimientos para producir un gran juego. La máscara expresiva hace aparecer las líneas maestras de un personaje. Estructura y simplifica la actuación, ya que transmite al cuerpo las actitudes esenciales. Depura la actuación, filtra las complejidades de la mirada psicológica, impone actitudes guía al conjunto del cuerpo. Si bien puede ser muy sutil, la actuación con máscara expresiva se apoya siempre sobre la misma estructura básica que no existe en la actuación sin máscara. Por eso este trabajo es indispensable para la formación del actor. La máscara expresiva puede ser abordada de dos maneras: una, buscando la psicología del personaje, lo que lleva a un determinado comportamiento, a movimientos corporales específicos de los que surge una determinada forma; del interior al exterior. La otra, dejándonos guiar por la forma que nos sugiere la estructura de la máscara. Ésta viene a ser entonces como un vehículo, transportando todo el cuerpo por el espacio, con movimientos concretos que hacen aparecer el personaje; del exterior al interior.
Cada máscara larvaria o de carácter se puede jugar de dos formas: el juego de la máscara en si misma, y el de la contra-máscara; lo mismo sucede con los personajes. Sólo la máscara neutra no tiene contra-máscara. Todas las máscaras enteras son mudas. Esto no quiere decir que la palabra esté prohibida y que los gestos deban remplazarla. Es suficiente con ir a las regiones donde la palabra no es todavía posible o ya no es más posible.
LA MÁSCARA Y LA COMMEDIA DELL ARTE
La Commedia dell arte, está considerada como la representación de más alto nivel al que ha llegado el teatro de la máscara en Occidente, ha influido profundamente y contribuido en el nacimiento del teatro isabelino en Inglaterra, la comedia francesa en Francia y el teatro del Siglo de Oro español.
La comedia del arte se apoya en las pasiones del ser humano llevadas hasta sus últimas consecuencias. Los personajes, dejándose llevar por sus deseos, expresan lo absurdo de nuestros comportamientos. Conocerla es pues indispensable para aquel que quiere hacer del teatro su elección profesional.
Gran depósito de actores-improvisadores, la comedia del arte ha recorrido el tiempo durante más de dos siglos y viajado por toda Europa desde su país natal: Italia. Estos actores eran profesionales que interpretaban el mismo personaje durante años (muchas de las veces durante toda una vida) y transmitían sus conocimientos de padres a hijos. El personaje tipo era reinventado por la personalidad del actor que lo hacía diferente cada vez.
En la comedia del arte no hay tiempo para la meditación. Es un juego de acción, actitud y generosidad donde las pasiones humanas se muestran directa, rápida y espontáneamente al público con una profundidad, grandeza y extensión llevadas hasta sus últimas consecuencias, revelando finalmente lo más absurdo del comportamiento humano. Es un teatro que no tiene nada que ver con un divertimento elegante; todo lo contrario, expresa la urgencia de vivir, más cercana a la supervivencia que a la vida misma la cual es ya un lujo. Teatro popular, hecho por y para el pueblo, con personajes del pueblo en su ingenuidad así como en su inteligencia. La comedia del arte jerarquiza la sociedad de una manera estable, sin revueltas del servidor al cuidado de su amo. Pero cada uno se las arregla, con todos los compromisos posibles, para existir y satisfacer sus más inmediatas necesidades. Todo ese mundo coexiste en una convivencia en la que cada uno intenta engañar y confundir al otro y cae en la trampa (muchas veces su propia trampa) irrisoria. La sonrisa no existe; reímos o lloramos.
En la comedia del arte la palabra no puede instalarse si la acción no existe; el gesto, la actitud, la acción y palabra se encuentran unidos y se expresan al mismo tiempo.
La comedia del arte es esencialmente trágica y gira en torno a temas fundamentales como el miedo, el hambre, el poder, el amor, el dinero. En ella encuentran se y aglutinan todos los estilos teatrales. Un teatro total donde el cuerpo y el texto, la máscara, lo físico y lo psicológico, la danza, la música y la acrobacia forman parte del mismo universo teatral.

Toda la información de este taller está disponible aquí

El origen del Teatro, por María Zambrano

Decir teatro es decir máscara. La máscara es el principio del teatro. El principio y no sólo el origen. Ella da carácter de representación a la acción dramática que se desarrolla ante el espectador. Porque la obra dramática es un trozo de vida irreal que se extrae de la vida que con su realidad nos embarga y nos ciega.

¿Por qué entonces? ¿De dónde esta necesidad que desde siempre, en todas las culturas, el hombre ha sentido el ansia de representar la vida? ¿Cómo a ella, que tanto abruma, se pide que vuelva a pasar otra vez? Esto, que la vida vuelva a pasar otra vez, sucede igualmente en la épica, en la narración novelesca, en la leyenda y en el mito. Mas en el teatro esa vida vuelve a pasar como acción, está sucediendo ante el espectador diariamente, tan como fue vivida.

En el teatro se despliega un suceso viviente que se hace visible. Y al hacerse visible mientras está sucediendo, llama a la participación de una forma más directa que cuando el suceso es simplemente conato. El autor no aparece; solo los personajes están allí presentes. No se trata, pues, en el teatro de hacer saber, de dar a conocer nada, de fijar simplemente en la memoria hechos que merecen ser indelebles; se trata ante todo de revivir, de hacer resucitar algo que ya pasó, mas que de algún modo ha de seguir pasando, y no sólo para se sepa y no se olvide, sino para que sea vivido. Decir vivido es decir padecido, sufrido, reído o llorado, compadecido o alabado o todo junto, tal como en la vida sucede. Los personajes en la escena dicen a veces cosas, para ello están los monólogos, que en la vida no representada no se dirían: íntimas razones y sinrazones, verdades; esas verdades de la vida que nunca llega la hora de decir. Y todo en una especie de delirio, aunque sea razonado.

Del teatro cabe decir también que en el principio era el delirio; el delirar de la vida en su sobreabundancia de dolor y de gozo, el delirar de la infinitud de la esperanza, el frenesí del apetito de ser depositado en el corazón humano. Delirio y máscara están el principio del teatro.

No son extraños el uno al otro, ni los dos al principio de representación, y curiosamente rige también en el mundo de los sueños. Pues, ¿cómo es posible delirar en alta voz, si no es bajo una máscara? La máscara es ya representación, configura el personaje, lo fija.

Máscara es sabido en griego, de donde la palabra nos viene, quiere decir persona. Y así la primera aparición de la persona humana en nuestra tradición, a lo menos, se da bajo algo que la encierra y la manifiesta al mismo tiempo. Es como si la máscara revelara lo que una criatura humana es en verdad, como si sacara afuera su intimidad más recóndita y los sucesos más ocultos de su vida. Por ello es la complementaria esencial del delirio que se da en la palabra del personaje.

Pero la máscara es también, y ante todo, un instrumento aislador, como si la vida humana cuando brota así, a la intemperie, fuese como una corriente eléctrica de alta tensión, o según diríamos hoy, una explosión atómica; algo cargado de potencialidad, de ignota energía de la que hay que protegerse. Y tal debía de ser el íntimo ser en Grecia, ya que para los antiguos griegos las pasiones humanas eran de raíz impuras y generadoras de catástrofes. No se podía dejarlas en libertad sin conducirlas al mismo tiempo dentro de una forma.

Y así la participación del espectador en la representación dramática oficiaba de conjuro, de exorcismo. Ya Aristóteles enunció que la acción de la tragedia sobre el ánimo era “cathártica”, es decir, purificadora. El teatro en Grecia tenía un sentimiento profundamente religioso.

Lo tenía también (sentido religioso, el teatro) en todas las viejas culturas como la hindú y la china. Es creación china el género llamado “Nô”, que pasó al Japón y aclimatándose felizmente, hasta tan punto que todavía se representa como un espectáculo nacional y sagrado. En estas obras el personaje humano no está nunca solo; dialoga con los muertos, con los dioses. Y el protagonista es a veces alguien que ha muerto y que vuelve a contar su verdadera historia. Pues que en el teatro, en el gran teatro de la vida, la vida se entrelaza con la muerte; el instante inmediato deja ver al más allá. Y así era también el teatro en la Edad Media, los “Misterios” que se representaban dentro de las catedrales. Los “Autos Sacramentales” llevan esta concepción del teatro a su máximo vigor en España, donde Tirso de Molina, y en el caso complejísimo de Calderón una cierta falsificación también, hacen todavía del teatro un obligado rito. Pues que el teatro, caja de resonancia de lo más íntimo de la condición humana, necesita de la amplitud de los cielos y de la tierra tal como el hombre de carne y huesos, de dolor y esperanza, lo necesita. Mas, en verdad, el tema del origen del teatro queda apenas enunciado. Tal es la suerte del pensamiento español, quedar apenas esbozado.

 

MARÍA ZAMBRANO

Artículo publicado en Diario 16 (Madrid), el 9 de noviembre de 1986

El teatro de máscaras en la XI Edición de los Premios Bitácoras

Voces independientes, compartiendo espacio e impresiones. Eso es la blogosfera, un lugar abierto donde miles de personas se expresan, informan y entretienen. Y exactamente en eso se transformó La Casa Encendida de Madrid durante la tarde del viernes 27 de noviembre, en la gala de entrega de los XI Premios Bitácora a los mejores blogs  hispanos del 2015, y en la que tuvimos el honor de realizar la Dirección Artística.

Durante 2 meses trabajamos en torno a la idea o concepto de comunidad, como idea globalizadora que nos permitiera crear una gala dinámica, divertida y donde el público asistente se sintiese partícipe de esa gran comunidad.

Las 20 categorías que acogían los diferentes  blogs fueron el hilo conductor sobre el que tejíamos juntos a los actores la dramaturgia de la gala. Una gran comunidad donde tenían cabida el arte y la cultura junto a la tecnología, la gastronomía y la economía, la acción social con la educación o el humor junto con la innovación o el marketing.

El trabajo artístico lo realizamos junto a 8 actores de nuestro curso  de entrenamiento, 8 personajes con los que convivimos todos los días, que habitan en nuestra ciudad,  transitan en nuestras calles y crean nuestra comunidad: el ejecutivo, el deportista, el camarero, el mendigo, la madre, el turista, el barrendero o el anciano. Actores y personajes guiados por la dificultad del trabajo con máscara: máscaras neutras, máscaras larvarias y máscaras de carácter.

La dificultad de la máscara permite encontrar una expresión más fuerte del gesto y de las dificultades del cuerpo al no poder emplear la palabra.

Todo ello lleva a la creación y la pedagogía de la dificultad. La medida de la dificultad es indispensable. La dificultad es necesaria como una regla del juego por el juego. Pero hay que saber hasta dónde se puede llegar en la proposición de dificultades para provocar positivamente y mejorar el juego del actor.

Las dificultades favorecen el estilo. Lo más difícil es saber elegir las dificultades para que éstas no sean una simple proposición exterior sino que nazcan del artista, de su propio juego.

Porque el juego de la máscara agranda y estiliza el juego del actor, llegando a la esencia del propósito del personaje y de la situación. Precisa los gestos del cuerpo. Lleva el movimiento y el texto por encima de lo cotidiano, filtrando lo esencial, dejando a un lado la anécdota; haciéndose legible.

Máscaras, un cuerpo y un ritmo, una tensión dramática y un gesto, acciones físicas, velocidades e intensidades , un objeto, un movimiento y una actitud…un corpus teórico básico hecho personaje, un personaje teatralizado  al servicio de una ceremonia de entrega de premios, donde las palabras las ponían los ganadores con sus blogs, sus sueños, sus agradecimientos.

Agradecimientos a los actores por su trabajo y entrega y por ese querer conocer al  ser humano, para interpretar mejor, para conocerse mejor, para crecer más.

A los que confiaron en nosotros, a los que hicieron posible que todo estuviese en su sitio, a los organizadores, a la Casa Encendida,  a Interqué (en especial a Pepe y Chiara)  y a la dificultad: por seguir siendo guía de enseñanza y aprendizaje.

http://blog.rtve.es/premiosbitacoras/2015/12/los-premios-bitácoras-en-tve.html

Conferencia-espectáculo “El lazzo de la mosca y otras historias” de Fabio Mangolini

El domingo 14/09/14 a las 2o:00h en la sede de la escuela, estará presentando su conferencia-espectáculo “El lazzo de la mosca y otras historias” sobre Comedia dell´Arte, el maestro italiano de este género Fabio Mangolini,  una oportunidad única de verle en Madrid y recibir y disfrutar de su mano, a la vez que un espectáculo, una muestra pedagógica de calidad sobre este género. Fabio ha viajado desde Italia para estar en la escuela y dejarnos esta joya. Gracias maestro.

Precio: 10€ / aforo limitado. VÍDEO EL LAZZO DE LA MOSCA CON FABIO MANGOLINI

 

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