DÍA 1
El espacio vacío. Y en el centro del espacio vacío un círculo delimitado, otro espacio dentro del espacio: del espacio profano al espacio sagrado; actores y actrices que se adentran y se presentan en este espacio ritual, descubriéndolo y equilibrándolo, un ritual que transita de la personificación individualizada de cada uno a la despersonalización colectiva necesaria para conceder la importancia y la relevancia al espacio como medio de expresión artística y de conexión entre el intérprete y su público.
Así comenzamos este taller de Creación de Personajes en el que el alumno descubrirá los caracteres físicos de las emociones y los diferentes comportamientos humanos a través del análisis, del estudio dinámico y de la recreación de la naturaleza al servicio de los personajes dramáticos: elementos, materias, colores y animales nos esperan.
La segunda etapa de este viaje propone adentrarse en el análisis del movimiento, entendiendo éste no sólo como un desplazamiento de líneas, de un punto a otro de la sala, sino el descubrimiento de que el movimiento en el espacio hace surgir una serie de empujes y tensiones que son el motor direccional de cualquier movimiento en escena, porque es en este nivel donde adquiere su verdadera dimensión, organizándose en el tiempo y en el espacio mediante el ritmo.
DÍA 2
Los alumnos descubren en este taller que algunas palabras contienen internamente, en su sonoridad, la dinámica de materias, imágenes y acciones que recuerdan. Otras circulan alrededor, en el espacio externo, en blanco y negro más que en color, que miran, explican y definen. Y en el centro de estos espacios los verbos animan. Trabajo dinámico de la palabra, entre la abstracción y la imagen, entre la fisicidad de la palabra y la no ilustración de la misma, las huellas e impresiones que dejan, su color, su luz, su ritmo. En este taller la palabra será el final del camino.
DÍA 3
Nos adentramos en el descubrimiento y análisis de los diferentes elementos de la naturaleza: la tierra, el agua, el fuego y el aire. Observamos y analizamos cuanto pesan, cuál es su dinámica interna y externa, la calidad de su movimiento, su respiración… y a través de la observación y la manipulación se produce la mágica identificación con ese elemento, mi cuerpo se torna brisa, lava volcánica, barro y torrente, de ahí solo nos queda descubrir a través del juego y la improvisación la trasposición dramática a mi personaje.
DÍA 4
Seguimos creando nuestro personaje, cada participante con su Adela o su Angustias de La casa de Bernarda Alba, que es la base textual del taller, y aparecen la arcilla moldeada, el cristal roto , el muelle que responde, el cartón y su desgarro , los plásticos y su lento retorno , las gomas elásticas y su deformación , los globos que explotan, los ácidos que corroen…. y en todos ellos descubrimos lenguajes analógicos entre las materias que trabajamos y los personajes dramáticos, y con ellas surgen otras dinámicas, dinámicas de una gran densidad trágica, y finalmente concluimos, en su trasposición dramática, que la tragedia de la materia es la tragedia del hombre.
DÍA 5
El arco iris a escena: amarillos y naranjas, rojos y añiles, morados, verdes y azules. ¿Cómo descubrir su fisicidad, su carácter, su ritmo, si el color no tiene un movimiento que podamos analizar? Nos adentramos ahora en la subjetividad emotiva del color aplicada a las situaciones dramáticas. Primero y siempre desde la subjetividad, intentamos descubrir las distintas densidades de los colores, intensidades, pesos, tensiones, longitudes y amplitudes en el espacio. Y lo hacemos dejando que el color nos provoque una emoción , una emoción subjetiva que nos pone en movimiento, en locomoción, que nos golpea, emociona, salpica, impulsa y atrae como cuando dos personas frente a frente se reconocen.
Y entonces el rojo opresivo de Aitor mira al amarillo alocado de Sara, que se torna en el rojo furioso de Sara cuando éste se acerca. El verde lorquiano de Teresa sube la montaña, y el azul sereno de Alejandro que no siente deseo de hablar con el juguetón naranja de Claudia y es observado en la distancia por el añil de Mar, siempre entre dos mundos.
DÍA 6
El taller termina con el estudio de los movimientos de los animales y al igual que con los elementos, partimos de la observación, análisis e imitación del animal para identificarnos con él, tanto física como psicológicamente. Lo mostramos en su forma externa y también lo estilizamos, lo humanizamos y encontramos así su carácter dramático, la esencialidad de su carácter vivo-orgánico que nos ayuda definitivamente a moldear nuestro personaje dramático.
Y la palabra, la palabra como fin último del taller y de la formación actoral en nuestra escuela de teatro; la palabra de los grandes textos, de Federico García Lorca a Mayorga, de la Medea de Eurípides al Godot de Beckett, las palabras de los grandes discursos y arengas, la palabra del héroe, las palabras que se llenan de vida, la palabra que trasforma y transgrede al espectador, aquellas que nacen más allá de la imposición etimológica de su significado, las palabras que se hacen cuerpo, las palabras-gestos, que se modulan a partir del sonido organizado, de la imagen analógica.
El alumno ya tiene las herramientas básicas para componer cualquier personaje dramático, entender su fisicidad y su psicología. Y ahora depende de ellos explorar, investigar y profundizar todas sus posibilidades dramáticas.
David Trueba
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